La Navidad, ¿En familia o con amigos?
La Navidad, ¿En familia o con amigos?
Y tú, ¿ya has decidido que harás las próximas Navidades? Te dejamos unos consejos para poder disfrutarlas sin conflictos.
Llega la Navidad, podemos observar desde hace varias semanas como toda la Isla se prepara para recibirla, luces en las calles, juguetes en los estantes de las grandes superficies, catálogos en los buzones, puestos de castañas en las esquinas… pero, ¿Estamos nosotros preparados para las reuniones familiares y momentos especiales que nos depara la navidad?
Muchas familias esperan que lleguen estas fechas para ponerse en contacto con aquella tia que vive lejos de nosotros, con el primo con el que no tenemos demasiado contacto, con el hermano al que hace tiempo que no preguntamos que tal le trata la vida… Por lo tanto, estas fiestas se convierten en un momento de recuerdos: de seres queridos que ya no están entre nosotros, de Navidades pasadas donde éramos más o menos felices, de malos entendidos que nos recuerdan porque no tenemos contacto con esa persona durante el resto del año, de momentos especiales y felices que no entendemos porque no podemos vivirlos durante todo el año…
Por las cosas mencionadas anteriormente y algunas que se quedan en el baúl, muchas son las personas que rechazan celebrar la navidad en familia, para evitar los conflictos, peleas, malos entendidos, malas caras, interpretaciones erróneas, momentos tensos…
La Navidad se convierte en el centro de las alegrías y las penas que sufre nuestro corazón. Todo se intensifica, reímos más fuerte que nunca y lloramos más alto, observamos, puntualizamos, pasamos desapercibidos, disfrutamos… todo esto provoca que las antiguas rencillas salgan a la luz y que muchas cosas que no nos gustan, pero soportamos, de nuestra pareja o de nuestra familia encuentren en este momento el limite de nuestra paciencia y explotemos de una forma que nos llegue a crear un nuevo conflicto familiar.
¿Por qué decidimos decir las cosas que no nos gustan de los demás en Navidad? La respuesta envuelve muchas soluciones; sea porque en estos momentos es cuando más se hace patente esa conducta que tan poco nos gusta, también podría deberse a que son demasiados días seguidos de coincidencia con ese familiar, la ingesta de alcohol puede ayudarnos a que nos sintamos envalentonados para enfrentarnos a la situación que nos gusta muy poco, que otra persona haga un comentario que llevábamos años queriendo decir y no nos atrevíamos y gracias a esto nos vemos fuertes para poder hablar… Como podemos observar las causas son variadas, lo que si tenemos que tener claro es que antes de que puedan suceder todas estas situaciones nosotros teníamos un conflicto con algún miembro de nuestra familia.
Para poder evitar que de nuevo la Navidad tenga un recuerdo desagradable en nuestra retina, debemos enfrentarnos a nuestros miedos, ansiedades, preguntas… antes de que llegue el momento que tanto tememos. Para ello es de vital importancia poder expresar nuestras opiniones al resto de personas que nos rodean, compartir aquello que nos preocupa, quitar tensión de nuestros cuerpos y preocupación a nuestras cabezas.
Siempre que el conflicto sea de mucho tiempo de evolución, que no sepamos como solucionarlo, se nos escape de las manos, nos sintamos sin fuerza para arreglarlo… debemos acudir a un psicólogo. Desde las terapias individuales, de pareja o de familia, se enseña a enfrentarse a situaciones tensas, a comunicar nuestros pensamientos de forma ordenada y positiva, a no tener miedo de decir aquello que nos preocupa o nos asusta.
Las terapias en familia pueden ayudarnos a entender las conductas de nuestros seres queridos y a expresar nuestras peticiones de forma que no se sientan ofendidos y podamos entre todos llegar a un consenso que guste a todos los miembros de la familia. Las terapias en familia son muy beneficiosas para los niños, ya que, aprenden a comunicar sus deseos y a escuchar a sus padres y respetarlos.