Oigo hablar de los mecanismos de defensa, ¿qué son?
Oigo hablar de los mecanismos de defensa, ¿qué son?
Los mecanismos de defensa son procesos psicológicos o acciones mentales que se activan de manera inconsciente y que usamos para protegernos de un conflicto con nosotros mismos, situaciones de alta intensidad emocional o que conlleven un gran esfuerzo psicológico de adaptación.
Por tanto, estos mecanismos los desplegamos cada día a todas horas sin darnos cuenta y nos ayudan a reducir nuestro malestar emocional frente a creencias, ideas, situaciones, actitudes e impulsos que nos cuesta aceptar o que son tan intensos que podrían bloquearnos o generarnos un gran malestar psicológico. Esto se debe a que estas situaciones o creencias, no concuerdan con la propia manera de pensar o requieren de un gran esfuerzo por nuestra parte que sentimos que no podemos hacer.
Estos mecanismos son útiles en tanto que su función es la de protegernos ante conflictos a los que nos tengamos que enfrentar. Sin embargo, cuando éstos se activan ante situaciones en las que no hay peligro o conflictos personales que no estamos resolviendo y que cada vez interfieren más en nuestro día a día, éstos mecanismos de defensa se convierten en un problema, limitándonos en nuestra vida y en nuestros objetivos. Además, de no detectarlos y manejarlos de manera adecuada, pueden contribuir a distorsionar la realidad y fomentar una actitud rígida en el procesamiento de la información.
Para situarlos, el primer autor que inició el estudio de estos mecanismos fue Sigmund Freud, aunque quien los amplió de manera extensa fue su hija Anna. Vamos a descubrir algunos:
- Represión: fue el primer mecanismo de defensa estudiado y consiste en no dejar salir a la consciencia un impulso, idea, creencia o sentimiento que vaya en contra del propio sistema de valores. De lo contrario, si lo dejásemos aflorar, podría provocar un fuerte conflicto personal y en consecuencia una gran angustia desestabilizadora. Ejemplo: persona con fuertes deseos sexuales hacia personas de su mismo sexo pero que en su sistema de valores son inaceptables. Entonces reprime inconscientemente estos deseos y se percibe a esta persona como alguien sin deseo sexual.
- Introyección: incorporar como propias características, actitudes, maneras de actuar y de pensar que en realidad son de los demás. Ejemplo: incorporación de creencias y valores propios de los padres que se incorporan como propios, como por ejemplo, “los hombres no lloran”, creencia de los abuelos que van pasando de generación en generación sin cuestionarlo.
- Proyección: atribuir pensamientos, conductas, creencias y sentimientos propios e inaceptables a otras personas. No puede permitirse o resulta tan doloroso sentir que eso es de uno mismo o una misma que lo pone en el otro. Por tanto, se trata de pensar que el defecto lo tienen los otros, nunca uno mismo o una misma. Ejemplo: “seguro que piensa que no estoy a la altura del puesto de trabajo”, cuando la realidad es que la propia persona se siente que no está a la altura del puesto debido a su baja autoestima o pobre autoconcepto; o decir que otra persona seguro que nos odia cuando en realidad somos nosotros que sentimos aversión por esa persona.
- Negación: necesidad de retirar de la consciencia hechos y situaciones muy dolorosas y no querer aceptar lo que ha sucedido. Ejemplo: ante la muerte de un ser querido, la persona se niega a aceptar la realidad de su muerte y sigue arreglando sus cosas, preparando un plato de comida para él y negándose a iniciar un proceso de duelo.
- Regresión: tendencia a volver a situaciones vitales anteriores. Se retoman patrones de conducta y maneras de hacer de anteriores etapas de la vida ante situaciones potencialmente estresantes. Ejemplo: sentirse muy inseguro o insegura ante una separación de los padres y comenzar a chuparse el dedo.
- Disociación: separarse de la emoción, o incluso de dimensiones de la conciencia como el tiempo, espacio, nuestra identidad o la memoria para no experimentar dolor emocional ante una situación o conflicto estresante. Ejemplo: estar tan concentrado en una conversación que la mayoría de lo que sucede a tu alrededor es ignorado por la atención consciente; algunas personas, ante una situación altamente estresante pueden sentir durante un breve período de tiempo que no saben si lo que están viviendo es real o no.
- Formación reactiva: actitudes o conductas totalmente contrarias a las que se reprimen porque consideran que éstas últimas son inaceptables. Ejemplo: persona con fuertes impulsos sexuales que considera inaceptables y adopta la actitud contraria teniendo una actitud totalmente reprimida a nivel sexual.
- Desplazamiento: consiste en desplazar ciertas emociones o creencias asociadas a un objeto o personas a otro objeto o personas a los cuáles o bien atacamos o bien evitamos, pero que no nos generan tanto malestar como los primeros. Ejemplo: persona que tiene sentimientos de odio hacia sus padres, pero como no los puede aceptar o no puede enfrentarse a ellos, desplaza esos sentimientos hacia su animal de compañía al cual maltrata y hacia los lugares públicos los cuáles destroza.
- Racionalización: consiste en seleccionar de manera racional y consciente los motivos que parezcan más razonables para explicar o justificar cierta situación, conducta o pensamiento cuya base es un sentimiento que de reconocerse, sería inaceptable. No se enfrenta el verdadero motivo por el que se actúa, siente o piensa así, se da importancia a lo racional y se esconde lo emocional. Ejemplo: persona que va a un baile y dice que no baila porque suda y estará incómodo, pero la realidad es que no baila porque no sabe bailar y teme hacer el ridículo.
- Fijación: quedarse anclado o anclada en una etapa de la vida. Ejemplo: persona que no quiere asumir su edad y sigue vistiendo cómo hace 20 años y manteniendo conductas propias de otra edad, cómo búsqueda de personas que quieran formar una amistad que no sean cercanas a la suya, hábitos de ocio que su círculo próximo ya ha abandonado hace años,…
- Sublimación: sustitución de un impulso inaceptable por otro que sea socialmente aceptable. Ejemplo: sentimientos de ira y agresividad con tendencias hacia la destrucción que se sustituyen practicando deportes violentos.
- Retroflexión: hacerse a uno mismo o a una misma lo que no se puede permitir hacerle a los demás. Por tanto, los impulsos inaceptables se dirigen hacia uno mismo o una misma. Mecanismo muy relacionado con problemas de somatización. Ejemplo: no manifestar desacuerdos y rabia hacia algún familiar y empezar a tener problemas en la piel del estrés y malestar que le genera.
Estos son algunos de los mecanismos de defensa más conocidos, aunque hay algunos más. Todos ellos, forman parte de una estructura psicológica muy elaborada que se inicia en la infancia y se van consolidando a lo largo de la vida y que repercuten en nuestro día a día y nuestra manera de hacer frente a lo que nos va pasando.
La característica de todos ellos más importante, es que son inconscientes, y por tanto, es necesario un gran trabajo de autoconocimiento y de toma de conciencia para poderlos detectar y decidir de forma consciente si nos van a beneficiar y necesitamos ponerlos en marcha, o si por el contrario, nos van a perjudicar y debemos actuar de manera diferente a la habitual y desprendernos de ellos.
Si consideras que necesitas ayuda para poder tomar conciencia de cuáles son los tuyos y cómo manejarlos, un profesional de la psicología podría ayudarte. No lo dudes, pide ayuda.