¿Qué es el TEA?
El Trastorno del Espectro Autista, es un trastorno del neurodesarrollo, crónico. Los trastornos del neurodesarrollo son una categoría de condiciones médicas que afectan el desarrollo del sistema nervioso central, lo que incluye el cerebro y la médula espinal. Estos trastornos pueden originarse antes del nacimiento, durante el parto o en los primeros años de vida de un niño. Afectan la manera en que el cerebro se desarrolla y funciona, lo que puede resultar en dificultades en áreas como el aprendizaje, la comunicación, el comportamiento y las habilidades sociales. Estos trastornos pueden presentarse en una amplia gama de manifestaciones y pueden variar significativamente en severidad.
Para el diagnóstico de TEA según el DSM-V se necesita que se cumplan los siguientes criterios diagnósticos:
- Deficiencias persistentes en la comunicación social y en la interacción social en diversos contextos.
- Patrones restrictivos y repetitivos de comportamiento, intereses o actividades.
- Los síntomas están presentes en las primeras fases del período de desarrollo, aunque pueden no manifestarse hasta que se superen las capacidades limitadas.
- Los síntomas causan un deterioro clínicamente significativo en lo social, laboral u otras áreas e interfieren en el funcionamiento habitual del día a día.
Además, existen tres grados de severidad del Trastorno del Espectro Autista (TEA), basados en los síntomas que tienen que ver con la comunicación social y los comportamientos restringidos y repetitivos.
Nivel 1: necesita ayuda.
Nivel 2: necesita ayuda notable.
Nivel 3: necesita ayuda muy notable.
Por ello, es crucial brindar un diagnóstico temprano, intervención especializada y apoyo continuo para ayudarles a alcanzar su máximo potencial y mejorar su calidad de vida, tanto del paciente como de su familia.
Existen señales de alarma que nos pueden hacer plantear la existencia de TEA:
Antes de los 12 meses
- Pocas veces dirige la mirada a las personas
- No muestra anticipación cuando va a ser cogido
- Falta de interés en juegos interactivos simples como el "cucu-tras"
- Falta de ansiedad ante los extraños sobre los 9 meses
Después de los 12 meses
- Menos contacto ocular
- No responde a su nombre
- No señala para pedir
- No muestra objetos
- Respuesta inusual ante estímulos auditivos
- Falta de interés en juegos interactivos simples como el "cucu-tras"
- No mira hacia donde otros señalan
- Ausencia de imitación espontánea
- Ausencia de balbuceo social/comunicativo
Entre los 18-24 meses
- No señala con el dedo para pedir algo que quiere
- Dificultades para seguir la mirada del adulto
- No mira hacia donde otros señalan
- Retraso en el desarrollo del lenguaje comprensivo o expresivo
- Falta de juego funcional con juguetes o presencia de formas repetitivas de juego con objetos (p. ej. alinear, abrir y cerrar, encender y apagar, etc.)
- Ausencia de juego simbólico
- Falta de interés por otros niños o hermanos
- No suele mostrar objetos
- No responde cuando se le llama
- No imita ni repite gestos o acciones que otros hacen (p. ej. muecas, aplaudir)
- Pocas expresiones para compartir afecto positivo
- Antes usaba palabras, pero ahora no (regresión en el lenguaje)
A partir de los 36 meses
Comunicación:
- Ausencia o retraso en el lenguaje ( antes usaba palabras pero ahora ya no)
- Uso estereotipado o repetitivo del lenguaje, como ecolalia, o referirse a sí mismo en 2a o 3a persona
- Entonación anormal ( prosodia peculiar)
- Poca respuesta a su nombre
- Déficit en la comunicación no verbal (p. ej. no señalar y dificultad para compartir un "foco de atención" con la mirada)
- Falta de sonrisa social para compartir placer y responder a la sonrisa de los otros
- Consigue cosas por sí mismo, sin pedirlas
- Ausencia de juegos de representación o imitación social variados y apropiados al nivel de desarrollo
Alteraciones sociales:
- Imitación limitada (p. ej. aplaudir) o ausencia de acciones con juguetes o con otros objetos
- No muestra objetos a los demás
- Falta de interés o acercamientos extraños a los niños de su edad
- Escaso reconocimiento o respuesta a la felicidad o tristeza de otras personas
- No se une a otros en juegos de imaginación compartidos
- Fracaso a la hora de iniciar juegos simples con otros o participar en juegos sociales sencillos
- Preferencia por actividades solitarias
- Relaciones extrañas con adultos, desde una excesiva intensidad a una llamativa indiferencia
- Escasa utilización social de la mirada
Alteraciones de los intereses, actividades y conductas:
- Insistencia en rutinas y resistencia a los cambios en situaciones poco estructuradas
- Juegos repetitivos con juguetes (ej. alinear objetos, encender y apagar luces, etc.)
- Apego inusual a algún juguete u objeto que siempre lleva consigo y que interfiere en su vida cotidiana
- Hipersensibilidad a los sonidos, al tacto y a ciertas texturas
- Respuesta inusual al dolor
- Respuesta inusual ante estímulos sensoriales (auditivos, olfativos, visuales, táctiles y del gusto)
- Patrones posturales extraños, como andar de puntillas
- Estereotipias o manierismos motores
Nota: Estos factores, de forma aislada, no indican la existencia de un trastorno del espectro autista. De todas formas, siempre deben ser comentados para alertar a los profesionales de la presencia de rasgos.
Detección a partir de los 5 años*
Alteraciones de la comunicación:
- Desarrollo deficiente del lenguaje, que incluye mutismo, entonación rara o inapropiada, ecolalia (repite todo lo que se le dice), vocabulario inusual para su edad o grupo social
- En los casos en los que no hay deficiencias en el desarrollo del lenguaje, existe uso limitado del lenguaje para comunicarse y tendencia a hablar espontáneamente sólo sobre temas específicos de su interés (lenguaje fluido, pero poco adecuado al contexto)
Alteraciones sociales:
- Dificultad para unirse al juego de los otros niños o intentos inapropiados de jugar conjuntamente
- Habilidad limitada para apreciar las normas culturales (en el vestir, estilo del habla, intereses, etc.)
- Los estímulos sociales le producen confusión o desagrado
- Relación con adultos inapropiada (demasiado intensa o inexistente)
- Muestra reacciones extremas ante la invasión de su espacio personal o mental (resistencia
- intensa cuando se le presiona con consignas distintas a su foco de interés)
Limitación de intereses, actividades y conductas:
- Ausencia de flexibilidad y juego imaginativo cooperativo, aunque suela crear solo ciertos escenarios imaginarios (copiados de los vídeos o dibujos animados)
- Dificultad de organización en espacios poco estructurados
- Falta de habilidad para desenvolverse en los cambios o situaciones poco estructuradas, incluso en aquellas en las que los niños disfrutan, como excursiones del colegio, cuando falta una profesora, etc.
- Acumula datos sobre ciertos temas de su interés de forma restrictiva y estereotipada
Otros rasgos:
- Perfil inusual de habilidades y puntos débiles (por ejemplo, habilidades sociales y motoras escasamente desarrolladas, torpeza motora gruesa)
- El conocimiento general, la lectura o el vocabulario pueden estar por encima de la edad cronológica o mental
- Cualquier historia significativa de pérdida de habilidades
- Ciertas áreas de conocimientos pueden estar especialmente desarrolladas, mostrando habilidades sorprendentes en áreas como matemáticas, mecánica, música, pintura, escultura...
*Las señales de alarma a partir de los 5 años de edad están más orientadas a aquellos casos que han podido pasar desapercibidos en evaluaciones anteriores por ser cuadros con menos afectación como el caso del autismo de alto funcionamiento.
¿Cómo trabajamos el trastorno del espectro autista en terapia?
Realizamos una serie de sesiones con la familia para conocer el caso y el contexto, también con centros escolares. Es muy importante la coordinación entre todos los contextos en los que se desarrolla el paciente, manteniendo una comunicación activa con los referentes y profesionales que influyen en el desarrollo del paciente.
Los tratamientos actuales para el trastorno del espectro autista (TEA) buscan reducir los síntomas que interfieren en el funcionamiento diario y la calidad de vida. El TEA afecta a cada persona de manera distinta, lo que significa que las personas con TEA tienen fortalezas y desafíos únicos y distintas necesidades de tratamiento. Por lo tanto, cada intervención será individualizada a las necesidades de cada caso.
Uno de los enfoques para la intervención en TEA, es el enfoque de terapia conductual. Se centra en cambiar los comportamientos al entender lo que pasa antes y después de cada conducta. Los enfoques conductuales cuentan con la mayor cantidad de evidencia para el tratamiento de los síntomas del TEA.