Es la dificultad que interfiere significativamente en el rendimiento académico, dificultando su progreso y el logro de los planes educativos. Los más habituales son de la lectura (dislexia), escritura (disgrafía) y cálculo (discalculia) y es importante diferenciarlo de los Trastornos Generalizados del Desarrollo, pues se delimitan únicamente a estas tres áreas, no tanto en conducta, comunicación, cognición, socioemocional, etc.
Existen diferentes grados de afectación, así como diferentes áreas donde puede interferir; afectando a la lectura, a la escritura o a las matemáticas.
Habitualmente son chicos y chicas con dificultades para recibir, procesar, analizar y/o almacenar información, lo que se traduce en dificultades para leer, escribir, deletrear o resolver problemas.
Estudios demuestran que no está relacionado con la inteligencia, la motivación y capacidad de aprendizaje. Son déficits específicos que, si no son tratados, afectan al aprendizaje en general y le llevan a experiencias negativas que acabe afectando a su motivación y autoestima.
¿Qué dice el DSM-V sobre el TEA?
Según el DSM-V, los criterios diagnósticos son:
A. Dificultad en el aprendizaje y en la utilización de las aptitudes académicas, evidenciado por la presencia de al menos uno de los siguientes síntomas que han persistido por lo menos durante 6 meses, a pesar de intervenciones dirigidas a estas dificultades:
B. Las aptitudes académicas afectadas están sustancialmente y en grado cuantificable por debajo de lo esperado para la edad cronológica del individuo, e interfieren significativamente con el rendimiento académico o laboral, o con actividades de la vida cotidiana, que se confirman con medidas (pruebas) estandarizadas administradas individualmente y una evaluación clínica integral. En individuos de 17 y más años, la historia documentada de las dificultades del aprendizaje se puede sustituir por la evaluación estandarizada.
C. Las dificultades de aprendizaje comienzan en la edad escolar pero pueden no manifestarse totalmente hasta que las demandas de las aptitudes académicas afectadas superan las capacidades limitadas del individuo (p. ej., en exámenes programados, la lectura o escritura de informes complejos y largos para una fecha límite inaplazable, tareas académicas excesivamente pesadas).
D. Las dificultades de aprendizaje no se explican mejor por discapacidades intelectuales, trastornos visuales o auditivos no corregidos, otros trastornos mentales o neurológicos, adversidad psicosocial, falta de dominio en el lenguaje de instrucción académica o directrices educativas inadecuadas.
Nota: Se han de cumplir los cuatro criterios diagnósticos basándose en una síntesis clínica de la historia del individuo (del desarrollo, médica, familiar, educativa), informes escolares y evaluación psicoeducativa.
Cuando se da un Trastorno Específico del Aprendizaje, detectándolo de forma precoz se puede trabajar a través de reeducación psicopedagógica y pudiendo obtener muy buenos resultados a través de la adquisición de técnicas individualizadas. Por el contrario, la no detección puede generar un retraso escolar importante y repercutir negativamente en el desarrollo de la persona.
Nos centramos, pues, en reeducar al chico para que adquiera herramientas y pueda desarrollarse académicamente, aprovechando sus puntos fuertes y abordando desde otra perspectiva sus puntos débiles. Para esto, se realizan sesiones individuales con un experto en dificultades de aprendizaje.
Además, es importante el asesoramiento en las familias y escuelas, puesto que el trabajo conjunto será importante para conocer las dificultades específicas de cada niño o joven, así como crear adaptaciones metodológicas o curriculares, si hiciera falta.
Si identificas a alguien con lo que aquí hemos descrito, ponte en contacto con nosotros para que te informemos y busquemos qué tipo de intervención puede ir mejor y ponernos a trabajar.
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