Os invito a observar con detenimiento a todos los niños y adolescentes que os encontréis a lo largo del día.
¿Curioso verdad?
Estén en el patio del colegio, en la cola del autobús, en un restaurante con sus padres, en la mesa con su familia, en el parque con los amigos… sea donde fuere que se encuentren, todos tienen entre las manos un móvil o una consola
Hoy en día los niños de entre 10 y 16 años de edad no saben comunicarse, verbalmente, entre ellos. Son capaces de pasarse horas en silencio sin mediar palabra ni entablar ninguna conversación, pero cuando se encuentran delante de un ordenador o de un móvil su imaginación de dispara. Se entregan al millar de páginas de entretenimiento que existen para dichas edades, hablan por chats y se comunican con sus compañeros de clase con una fluidez y soltura increíbles.
¿Por qué estos niños son capaces de comunicarse horas y horas a través de las redes sociales pero incapaces de entablar o seguir una conversación cara a cara?
Para poder responder a esta cuestión, tendremos que ponernos en la piel de un niño de hoy día. Partamos de la base que las nuevas tecnologías están a la orden del día. Si no tienes la consola último modelo o el móvil táctil más famoso del mercado te sientes apartado, diferente a los demás, incluso eres fruto de la burla de tus compañeros de clase, amigos con los que hace dos años te reías y divertías en el patio. Los padres ante las diferentes peticiones de un niño: Quiero el móvil X porque todos los niños de la clase lo tienen y yo no. ¿Me puedes comprar el ordenador X porque Miguelito lo tiene y sino no podré hablar con el? He sacado buenas notas y me gustaría tener una consola para poder jugar con mis amigos online… La forma de pedirlo es indiferente, ya que, la base es la misma, todos piden tener lo último del mercado en tecnología.
Detrás de la pantalla del ordenador, se sienten mas fuertes, capaces de decir y de expresar lo que sienten sin miedo a las represalias físicas de los demás compañeros. Cuando tienen entre las manos un móvil se sienten libres de poder contar sus miedos y deseos, con las consolas son capaces de dejar volar su imaginación convirtiéndose en guerreros que salvan el mundo o en malvados tiranos que destruyen a los débiles e inocentes.
Escondidos en las nuevas tecnologías los niños de hoy en día expresan sus sentimientos, miedos, deseos, emociones, ansiedades… porque nadie puede decirles que están equivocados, porque pueden imaginarse el mundo como ellos desean y hacerlo realidad, porque se sienten fuertes e importantes y porque no saben expresarlo de otro modo.
Podemos, por lo tanto, responder a la pregunta anteriormente realizada, que los niños de hoy en día no saben relacionarse con su entorno sin la existencia de productos tecnológicos de por medio, porque no saben hacerlo de otra forma.
Debemos mirar a nuestro alrededor, observar nuestra agenda y pensar en las horas que tenemos libres para nuestra familia, hijos, pareja, amigos, para nosotros mismos… Hoy día, estamos tan ocupados que apenas podemos permitirnos el lujo de frenar para relajarnos y sonreír a las personas que nos rodean. Cuando estamos en casa y queremos descansar o debemos continuar trabajando y nuestro hijo viene a preguntarnos algo o simplemente a jugar con nosotros, sin apenas pensarlo le decimos: “Cariño siéntate en el sofá y juega un poco con el móvil”. “Ahora déjame un momento que no tengo tiempo, ponte un rato con el ordenador”, “No me molestes juega un poco con tu hermano a la consola”
Si queremos que nuestros hijos adquieran habilidades que les permitan comunicarse con sus iguales, deberemos empezar por cambiar nuestros hábitos y buscar al menos una hora diaria para poder compartirla con ellos, donde puedan expresar sus miedos y deseos libremente sin temor a los castigos. Debemos incitarles a relacionarse con los demás, invitar a sus amigos a merendar a casa, al cine o simplemente quedar en el parque para jugar.
Necesitamos y necesitan conocer una nueva forma de relacionarse, sin consolas, móviles ni ordenadores.