La muerte de un ser querido, es algo difícil de afrontar y que con frecuencia nos supera.
Es algo que sabemos pero no queremos conocer.
Es algo que conocemos pero no queremos ver.
Es algo que vemos pero no queremos tener.
El último adiós a un ser querido es una de las sensaciones más dolorosas a las que se enfrenta el ser humano.
Saber que no habrá un mañana, que no podremos volver a oír su voz, a olerle, sentirle tocarle... nos desgarra el corazón.
La muerte es una dama silenciosa, cauta, paciente, que acecha a lo largo de nuestra vida. Es poderosa, indestructible, unas veces hace su aparición de forma silenciosa, otras en cambio entra haciendo mucho ruido.
No podemos vencerla, pero no debemos darle más poder. No le demos la satisfacción de arrebatarnos lo que más anhela el ser humano, los recuerdos.
Cuando nos mire cara a cara salgamos victoriosos del pulso, demostrémosle que no le tenemos miedo, que podemos reírnos de ella.
¿Cómo? Abrazando constantemente, hablando, comunicando los problemas, amando, acariciando, paseando, cantando..... En resumen: Disfrutando de los momentos que tenemos, que vivimos.
Desde Atenea Clínica de Psicología, se enseña superar el duelo a disfrutar de de las situaciones y momentos presentes en nuestras vidas, a encontrarnos a nosotros mismos, a luchar por crecer, a motivarnos.