Son múltiples y muy diferentes las consecuencias que se pueden dar cuando hay una relación de dependencia emocional, ya que cada pareja, cada persona que la forma y cada vivencia y experiencia es diferente. En este artículo destacamos los principales.
La dependencia emocional se da cuando una necesidad de afecto que en un principio es básica de los seres humanos, se transforma en una necesidad de la persona para satisfacer a la otra de manera desproporcionada, patológica, innecesaria, hecha desde el temor a perderla o desde el querer compensarla por algo y que acaba convirtiendo la relación sentimental en una relación asimétrica.
Son múltiples y muy diferentes las consecuencias que se pueden dar cuando hay una relación de dependencia emocional, ya que cada pareja, cada persona que la forma y cada vivencia y experiencia es diferente. Sin embargo, entre las múltiples que puede haber, os destacamos las principales:
- Sentimientos negativos: la persona dependiente en muchas ocasiones es completamente consciente de que la relación no le llena, no le satisface y tiende a esperanzarse con que algo pueda cambiar. La mayoría del día todos los días se siente mal, cree que se conforma con “migajas” pero no se siente capaz de romper ese vínculo, ya que no puede plantearse una vida sin esa persona.
- Desgaste de energía: pone toda su energía en la relación de pareja, en compensarla, satisfacerla, reconquistarla y en demandar, lo que conlleva un desgaste de energía debido a que no se permite relajarse ni un solo momento por miedo al abandono.
- Todo vale para recibir cariño: aquí entran el aguantar, ceder ante todo y creer que es la propia persona quien lo hace mal por tal de justificar cualquier comportamiento, incluidos los desagradables, violentos, poco afectivos,… que pueda tener la otra persona. Por otra parte, también se pueden dar manipulaciones por tal de no aceptar que la otra persona ya no está interesada en la relación, le pone trabas para poder marcharse, chantajes emocionales,…
- Búsqueda constante de vínculo: no se siente bien estando sola, no tolera la soledad y por tanto hace todo lo posible por seguir con la pareja o si ésta se acaba, al poco tiempo ya se ha vinculado con otra.
- Dominancia y posesividad: muchas personas dependientes emocionalmente tienden a buscar y tener parejas con un carácter más bien dominante, posesivo, autoritarias y que tienden hacia el egoísmo y narcisismo. Se trata de una atracción por personas que se describen como frías y poco afectivas, es común escuchar frases del tipo “yo sé que no me conviene, que no me hace bien, pero no lo puedo evitar, no me imagino sin él o ella”.
- Ruptura con las otras esferas personales: es frecuente que al entorno más cercano empiece a no gustarle el tipo de relación que ven que lleva, por lo que le aconsejan que esa relación no le conviene. Lo frecuente es que la persona dependiente no haga caso, justifique y defienda su relación, mantenga su esperanza de que todo mejore y se aleje de su entorno.
- Historia de relaciones asimétricas: historia de parejas o relaciones de otro tipo en la que la persona se siente inferior a los demás o directamente los coloque por encima de ella. Se trata de relaciones basada en la sumisión, en la entrega completa al otro y en el conformismo.
- Priorizar a la otra persona: la persona dependiente empieza a abandonar sus preferencias, necesidades y responsabilidades dando prioridad a las de la otra persona. Ésta se convierte en el centro de su vida, de su atención y el objetivo es que ella esté bien y satisfacer sus necesidades. Con el paso del tiempo, la persona dependiente no se haya, no se conoce y no contempla que tiene necesidades, no ha pasado a un segundo plano, sino que ha desaparecido de la ecuación de pareja.
- Sentimientos de incapacidad e inutilidad en el ámbito social: sentimientos de incapacidad o dificultad para establecer nuevas relaciones interpersonales o de retomarlas en caso de haberlas abandonado.
- Sentimiento de fracaso: si la relación acaba se vivencia como un fracaso en la vida, todo se ha apostado a esa relación y sin ella todo deja de tener sentido. No sabe cómo tirar para adelante, hace mucho que no se para a pensar en sí misma antes que en otra persona, no sabe que es lo que vale por sí misma ni de lo que es capaz de hacer.
La dependencia emocional se evita cuando uno mismo cuida su amor propio, su integridad como persona y cuando se trabaja de forma constante en el autoconocimiento y atiende a sus necesidades. Si te sientes identificado o identificada y consideras que necesitas ayuda en Clínica Atenea estaremos a tu disposición para ayudarte.