La pandemia del Coronavirus (COVID-19) que estamos viviendo en la actualidad nos está obligando a vivir día a día situaciones nuevas y a tener que adaptarnos a nuevas experiencias de vida que son totalmente excepcionales e inesperadas. Todo ello está creando repercusiones de tipo social, económico y sanitario que pueden conllevar consecuencias psicológicas que afecten de manera importante al bienestar mental.
Después de unos meses muy duros, en los que nos enfrentamos a una realidad nueva y excepcional, en la que se desconocía el virus, su repercusión, el alcance de las consecuencias y qué medidas debíamos tomar, momentos de “relativa tranquilidad” volvieron a nuestras vidas, aunque la incertidumbre sobre cómo se van a vivir los próximos meses, cuando llegará la vacuna y si ésta será la solución, o cuáles serán las próximas repercusiones de las nuevas medidas, siguen afectando de manera importante a muchas personas y a su estado emocional, además de social, económico y sanitario.
Nos enfrentamos entonces a una nueva realidad en la que el miedo a contagiarse o contagiar sigue estando, el miedo a perder el empleo o cómo subsistir sin apenas ingresos, la renuncia a la cercanía más próxima con nuestros seres queridos, la adaptación a un nuevo ocio y a la limitación de espacio y movimiento entre muchos otros aspectos siguen amenazando nuestro bienestar emocional. Las peores consecuencias de esta crisis las sufren las personas que han pasado por una situación traumática, como quiénes han estado hospitalizados, quiénes han perdido un ser querido, los médicos y el estrés continuo al que han estado sometidos o quiénes no tienen ingresos para sobrevivir dignamente.
Las consecuencias psicológicas producidas por el Coronavirus son varias y entre ellas se encuentran el trauma, síntomas de depresión, ansiedad, obsesiones, miedo al contagio y fobias, duelos, trastornos de estrés post-traumáticos, conflictos a nivel social/ familiar/ pareja que afectan emocionalmente y problemas de sueño entre otras. Es por ello, que os dejamos algunos consejos para seguir afrontando esta pandemia y fomentar la resiliencia en este momento tan excepcional y complejo:
- Normaliza las emociones que te puedan surgir en estos momentos, seguramente pueden ser varias y/o contradictorias y luchar contra éstas de una manera poco adaptativa puede exacerbar la sintomatología ansiosa o depresiva. Date permiso para sentirlas, es normal, estamos ante una situación delicada en la que hay mucha incertidumbre.
- Normalizar estas emociones no significa que no esté en nuestra mano poner todo nuestro empeño en gestionarlas y no dejar que incrementen y compliquen así, nuestro estado de ánimo. Una vez que lo hemos hecho, nos podemos poner en marcha para buscar alternativas de gestión emocional.
- No pienses en esta pandemia cómo algo insuperable, sino como un momento de crisis temporal que pasará y del que puedes aprender y encontrar nuevas estrategias para superarte.
- Cuida o busca un grupo de apoyo en tus relaciones personales para poder compartir tus malos y buenos momentos.
- Si tenías objetivos en los que estabas implicado, no te desmorones si se han quedado paralizados, vuelve a plantearte esos objetivos o unos nuevos y cómo puedes lograrlos con esta nueva normalidad, qué rumbo es el que ahora necesitas coger y ponte en marcha.
- Aprovecha este tiempo para conectar contigo, conocerte más, explorar nuevos intereses y capacidades y explora tu diálogo interior, si solo hay visión negativa de la situación solo aparecerán pensamientos negativos, trata de buscar pensamientos alternativos.
- Cuida tu salud y tus necesidades básicas. Cuida tanto tu cuerpo como tu mente, buena alimentación, actividad física, higiene y hábitos de sueño son tan importantes como encontrar momentos de divertirte y relajarte.
- -Mantén una actitud proactiva, pasa de las preocupaciones a las acciones, enfrenta las dificultades.
Si sientes que tienes dificultad para gestionar esta situación tan excepcional por ti mismo en Clínica Atenea podemos ayudarte.